Imagina caminar por las bulliciosas calles de Cusco y de repente encontrar un oasis de tranquilidad donde el tiempo parece detenerse. La Plaza San Francisco es ese lugar mágico que todo viajero busca: un espacio donde la historia colonial abraza la naturaleza andina, creando una experiencia única que va más allá del turismo convencional.
A diferencia del constante bullicio de la Plaza de Armas, aquí encontrarás un ambiente más íntimo y auténtico. Los cusqueños han convertido este lugar en su punto de encuentro favorito, donde estudiantes comparten conocimientos bajo la sombra de árboles centenarios, artistas callejeros despiertan sonrisas con su música, y familias locales disfrutan de tardes apacibles rodeadas de historia viva.
Contents
Historia de la Plaza San Francisco
Orígenes franciscanos (Siglo XVI)
La historia de esta plaza comenzó con la llegada de los frailes franciscanos a Cusco en 1549. Estos religiosos, conocidos por su sencillez y cercanía al pueblo, establecieron aquí su convento principal, transformando lo que antes era un importante centro ceremonial inca en el corazón espiritual de la orden franciscana en los Andes.
La construcción que marcó una Época (1572-1652)
La construcción de la Iglesia de San Francisco se extendió durante casi un siglo, convirtiéndose en una de las obras arquitectónicas más ambiciosas del período colonial cusqueño. Los maestros constructores combinaron técnicas europeas con el conocimiento ancestral de los artesanos locales, creando una estructura que ha resistido terremotos y el paso del tiempo.
Transformación Republicana (Siglo XIX)
Durante la época republicana, la plaza adquirió su carácter actual. En 1836, el Mariscal Andrés de Santa Cruz ordenó la construcción del emblemático Arco de Santa Clara, convirtiendo el espacio en un símbolo de la unión entre Perú y Bolivia. Este arco no solo embellece la plaza, sino que marca el punto de partida hacia el antiguo Qhapaq Ñan, el camino real de los incas.
¿Por qué se llama Plaza San Francisco?
El nombre proviene de la devoción a San Francisco de Asís, el santo italiano conocido por su amor a la naturaleza y su vida de simplicidad. Los franciscanos eligieron este lugar no solo por su ubicación estratégica, sino porque creían que la conexión entre la espiritualidad y la naturaleza que caracterizaba a su fundador encontraría aquí su expresión perfecta.
Esta elección resultó profética: hoy, el Jardín Botánico que adorna la plaza es testimonio de esa visión franciscana que ve en cada planta y árbol una manifestación de lo sagrado.
El alma Verde de la Plaza
Jardín botánico andino: Una Joya de 2016
El Jardín Botánico de la Plaza San Francisco representa una de las iniciativas de conservación más exitosas de Cusco moderno. Inaugurado en 2016, este espacio verde no es solo decorativo: es un auténtico laboratorio viviente que preserva especies nativas de los Andes que están en peligro de extinción.
Aquí podrás conocer de cerca el árbol de Molle, considerado sagrado por los incas y cuyos frutos rosados aún se usan en la medicina tradicional. La Qéuña, el árbol que crece a mayor altitud en el mundo, también encuentra aquí su hogar, recordándonos la increíble adaptabilidad de la vida andina.
Durante las festividades del Corpus Christi, el jardín se transforma en escenario de la famosa feria gastronómica Chiri Uchu, donde los sabores ancestrales cobran vida entre aromas de plantas medicinales y flores de altura.
Tesoros arquitectónicos
Iglesia y convento San Francisco de Asís
Esta joya del barroco andino guarda secretos que pocos conocen. Su fachada, tallada completamente en piedra volcánica rosa, cambia de color según la luz del día: dorada al amanecer, rojiza al atardecer.
En su interior, los altares dorados no solo impresionan por su belleza, sino por la técnica del «pan de oro» aplicada por artistas de la Escuela Cusqueña. Cada pintura cuenta historias donde ángeles tienen rostros indígenas y santos visten ropajes con motivos incaicos.
Las catacumbas franciscanas ofrecen una experiencia única en Sudamérica. A diferencia de las famosas catacumbas de Lima, estas conservan frescos coloniales originales y muestran el sincretismo religioso en su forma más pura.
Horarios: Lunes a sábado 9:00-18:00 | Entrada: S/. 15 adultos, S/. 8 estudiantes
Arco de Santa Clara: Portal al Pasado
Este monumento neoclásico de 1836 es mucho más que una puerta decorativa. Marca el punto exacto donde comenzaba el Qhapaq Ñan, la red de caminos incas que conectaba todo el Tahuantinsuyo. Hoy, cruzar bajo este arco es como atravesar un portal entre el Cusco colonial y la memoria ancestral andina.

Casa de Clorinda Matto de Turner
La casa de la primera feminista peruana y autora de «Aves sin Nido» se mantiene como testimonio del pensamiento progresista cusqueño del siglo XIX. Aunque hoy funciona como oficina de EsSalud, su fachada conserva la placa que la declara Monumento Nacional desde 1972.
Clorinda Matto desafió las convenciones de su época desde esta casa, escribiendo obras que denunciaban la explotación indígena y defendían los derechos de las mujeres, convirtiéndose en una voz pionera de la literatura indigenista.
Instituciones educativas legendarias
Colegio Nacional de Ciencias: Legado de Bolívar
Fundado por Simón Bolívar en 1825, este colegio ha formado a presidentes, escritores y científicos que han marcado la historia peruana. Su edificio neoclásico frente a la plaza es testimonio de la visión bolivariana de crear una América Latina educada y libre.

Colegio de Educandas: Pionero en educación femenina
Establecido en el siglo XVIII, fue una de las primeras instituciones en ofrecer educación formal a mujeres en el virreinato del Perú. Sus graduadas rompieron barreras sociales y muchas se convirtieron en las primeras maestras, enfermeras y activistas sociales del sur andino.
El Mercado San Pedro: Sabores Auténticos
A solo dos cuadras de la plaza, este mercado tradicional ofrece la experiencia gastronómica más auténtica de Cusco. Aquí encontrarás el mejor chiri uchu, la chicha morada más fresca y frutas amazónicas que no verás en ningún supermercado.
Cómo llegar y moverse
Desde la Plaza de Armas
Caminando: 8-10 minutos por la Calle Mantas o Calle Marqués En taxi: S/. 5-8 (3 minutos) Transporte público: Combis por la Av. El Sol (S/. 1.50)
Conexiones importantes
La plaza está perfectamente ubicada para continuar tu recorrido hacia:
- Plaza Regocijo (5 minutos caminando)
- Mercado San Pedro (3 minutos)
- Casa del Inca Garcilaso (7 minutos)
- Barrio San Blas (15 minutos cuesta arriba)
Información práctica
Mejor momento para visitar
- Mañanas: Ambiente más tranquilo, ideal para fotografía
- Tardes: Mayor actividad cultural y artística
- Evitar: Domingos por la mañana (misas prolongadas)
Presupuesto Estimado
- Entrada a iglesia: S/. 15
- Snacks locales: S/. 5-10
- Recuerdos artesanales: S/. 20-50
- Total recomendado: S/. 50-100
Consejos de Seguridad
- Guarda tus objetos de valor durante las actividades culturales
- La plaza es muy segura durante el día
- Por las noches, transita por calles bien iluminadas
¿Por qué elegir la Plaza San Francisco?
En un mundo donde el turismo masivo ha transformado muchos destinos en escenarios artificiales, la Plaza San Francisco mantiene su autenticidad intacta. Aquí no encontrarás multitudes tomando la misma foto; en cambio, descubrirás el Cusco que viven los cusqueños.
Es el lugar perfecto para entender que Cusco no es solo piedras incas y iglesias coloniales: es una ciudad viva donde el pasado y el presente dialogan constantemente. Donde un jardín botánico moderno convive con catacumbas coloniales, y donde estudiantes de siglo XXI estudian en colegios fundados por libertadores.
La Plaza San Francisco te invita a ser parte de esa conversación entre épocas, a respirar la tranquilidad que solo encuentras cuando dejas de ser turista para convertirte, aunque sea por unas horas, en cusqueño.