Curiosidades sobre el sitio arqueológico de Qenqo

El significado de «Qenqo»

El nombre Qenqo proviene del vocablo quechua Q’inqu, que significa «laberinto», aludiendo a los intrincados pasadizos subterráneos y a los canales de piedra en zigzag que recorren el lugar. Esta denominación fue impuesta durante el periodo colonial, pues el verdadero nombre incaico del sitio se ha perdido en el tiempo.

Intrincadas galerías subterráneas

El complejo se emplaza sobre el actual cerro Socorro, extendiéndose a lo largo de unos 3,500 metros cuadrados. Su suelo rocoso permitió la construcción de misteriosas galerías subterráneas, que conducen a distintas cámaras y recintos ceremoniales. Estos pasajes subterráneos, conocidos como chincanas, también se encuentran en otros importantes sitios incas, alimentando leyendas sobre túneles secretos que conectarían Qenqo con otros templos como el Coricancha.

Dos caminos, dos historias

El acceso a Qenqo se divide en dos rutas principales: el camino grande y el camino chico. El primero desciende hasta los pies del cerro Socorro y conecta con otros sitios arqueológicos, mientras que el segundo cruza directamente la ladera. Qenqo grande alberga la mayoría de las estructuras conservadas, mientras que Qenqo chico ha sufrido una destrucción casi total, quedando sólo restos de muros y cimientos.

El enigmático anfiteatro

Uno de los sectores más emblemáticos del complejo es su anfiteatro, una amplia plataforma semicircular de 55 metros, flanqueada por hornacinas aún inacabadas. En su centro se erige un inmenso monolito de forma irregular. Aunque se le conoce como anfiteatro, su función sigue siendo un enigma: los investigadores suponen que pudo ser un centro ceremonial donde se realizaban rituales públicos.

Espacios de ofrenda: sangre y chicha

La evidencia arqueológica sugiere que en Qenqo se realizaban ofrendas de sangre de llamas o alpacas, así como de chicha, una bebida fermentada a base de maíz. Los incas tallaron una serie de canales que descienden de forma serpenteante, posiblemente para conducir los líquidos sagrados hacia las cámaras rituales ubicadas en el subsuelo.

El Intihuatana de Qenqo

Similar al célebre Intihuatana de Machu Picchu, en Qenqo se erige una estructura lítica que habría servido como observatorio astronómico. Desde este punto se podía calcular la posición solar y los cambios de estación, fundamentales para el calendario agrícola incaico. La veneración al sol, la luna y las estrellas estaba profundamente entrelazada con las prácticas ceremoniales de esta cultura milenaria.

El Templo de los Monos: Cusillachayoc

Muy cerca de Qenqo se encuentra Cusillachayoc, conocido como el Templo de los Monos. Este sitio, esculpido en roca, exhibe relieves de animales como monos y serpientes, aunque muchas figuras han sido erosionadas con el tiempo. Se cree que, además de su valor artístico, este lugar tuvo un significado espiritual vinculado a los ciclos de la naturaleza.

La Sala de los Sacrificios

En el corazón de las galerías subterráneas yace la Sala de los Sacrificios, una impresionante cámara tallada en la roca donde, según algunas hipótesis, se realizaban rituales de sacrificio humano y animal, conocidos como capacocha. Esta sala, notablemente bien conservada, muestra pisos, muros y techos trabajados con esmero, testimoniando la habilidad de los antiguos arquitectos incas.

Información útil para visitar Qenqo

  • Acceso: Se llega fácilmente desde la Plaza de Armas de Cusco en unos 15 minutos en bus o vehículo turístico. También se puede ir caminando en aproximadamente 50 minutos.
  • Ingreso: Es necesario adquirir el Boleto Turístico del Cusco para poder entrar al sitio.
  • Horario de atención: Abierto todos los días de 07:00 a.m. a 06:00 p.m.

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