Los santuarios incaicos representan edificaciones fundamentales que forman parte del patrimonio dejado por esta civilización andina. Ya sea que se encuentren en complejos arqueológicos o integrados en la urbe actual, estos recintos constituyeron y constituirán siempre fragmentos invaluables de nuestra herencia cultural que merecen ser explorados.
Las estructuras ceremoniales del Cusco permanecen como testimonios silenciosos de la magnífica civilización que dominó los Andes peruanos. Emplazados en la antigua sede central del imperio, estos santuarios trascienden su condición de meras construcciones pétreas; encarnan el legado de una sociedad avanzada y su profunda conexión espiritual con el entorno natural.
¿Preparado para el recorrido? A continuación te presentamos información detallada sobre estas construcciones sagradas en Cusco.
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Coricancha: El recinto dorado del astro rey
La edificación dedicada al Astro Rey constituye indudablemente el espacio más emblemático de Machu Picchu. Se trata de una construcción de forma semicircular consagrada a la deidad solar, erigida sobre un enorme bloque pétreo natural en el área religiosa. Bajo esta formación rocosa se halla una caverna natural que también fue modificada y acondicionada para fungir como sepulcro imperial.
En la sección central del interior del santuario existe un monolito labrado que funcionó como altar de veneración al sol. También pueden apreciarse dos vanos, uno orientado hacia el poniente y otro hacia el septentrión.
Según investigaciones realizadas durante el siglo XX, estas aberturas fueron diseñadas para observar con exactitud los solsticios y equinoccios basándose en la proyección de sombras cada 21 de junio y 21 de diciembre. Estas características lo convierten en una de las construcciones ceremoniales más significativas históricamente en la región cusqueña.
Santuario lunar
El recinto dedicado a la Luna se encuentra literalmente en la cima del monte, alejado del bullicio y la actividad de Cusco aunque se ubica a solo una hora de caminata. Esta edificación alberga una caverna con un altar ceremonial donde se encuentran esculpidas figuras de felinos andinos, ofidios y aves rapaces.
Su propósito está vinculado a la exaltación de la fertilidad, razón por la cual sus cavidades fueron diseñadas para permitir el ingreso de la luz solar y lunar en fechas específicas, dirigiéndose hacia áreas particulares de los altares.
Este santuario constituye una de las estructuras sagradas más reconocidas; conforme a sus características funcionales y morfológicas, se estima que corresponde al período Imperial entre 1438 y 1532. Esta construcción fue elaborada y esculpida sobre lo que se denomina un promontorio rocoso.
En este enclave, tanto en el exterior como en el interior, se llevaban a cabo ceremonias y rituales dedicados a la luna (como evidencian las representaciones lunares talladas en el recinto) así como a otras divinidades como la Madre Tierra.
El reloj solar sagrado
«Intihuatana», vocablo quechua cuya traducción literal significa «donde se amarra el sol» y que se interpreta como reloj solar, constituye un altar labrado en roca madre que destaca por su relevancia en la época prehispánica.
Durante la era incaica, este instrumento formaba parte del acervo astronómico de la época y era considerado la estructura más relevante dentro del complejo de Machu Picchu. Existe la creencia de que este monolito representa una piedra sagrada que emana energía.
La civilización incaica, desde sus orígenes, logró profundizar notablemente en el campo de la astronomía. Sus integrantes fueron extraordinarios estudiosos de esta disciplina que, indiscutiblemente, constituyó uno de sus rasgos distintivos.
Gracias a estas observaciones e investigaciones, los incas lograron identificar constelaciones, astros, variaciones estacionales y establecer un preciso calendario agrícola.
Palacio de Viracocha
Esta construcción figura entre los santuarios más célebres y perteneció al gobernante Viracocha, progenitor de Pachacútec. Según narraciones de la época, constituyó una residencia sumamente opulenta en Cusco. Tras el arribo de los conquistadores españoles, la edificación dejó de formar parte del patrimonio incaico y fue cedida a una orden religiosa.
Desafortunadamente, no subsiste en la actualidad, ya que fue demolida para construir sobre su terreno la catedral cusqueña. No perduran vestigios incaicos, pero en su lugar se erigió un imponente monumento de estilo barroco representado por este templo cristiano.
Primera residencia imperial
Como es sabido, el soberano fundador, Manco Cápac, estableció su primera residencia oficial en una elevación muy próxima a la corriente fluvial conocida como río Saphi, en las inmediaciones del centro urbano. Sea historia o mito, esta construcción imperial conserva parcialmente su magnificencia original después de aproximadamente diez siglos.
Adyacente a esta residencia se edificó el templo católico de San Cristóbal, observable con facilidad desde la Plaza de Armas.
Recinto de las serpientes
Este recinto palatino perteneció a otro destacado soberano: Huayna Cápac. Posteriormente, tras la llegada de los colonizadores españoles, fue adjudicado a Hernando Pizarro.
Posteriormente, éste donó la propiedad a la orden jesuita, que construyó la Iglesia de la Compañía de Jesús. En la actualidad pueden apreciarse secciones de los muros originales del Amaru Kancha en la vía peatonal Loreto. Constituye uno de los santuarios más antiguos y significativos del legado incaico.
La piedra magistral
Al referirnos a enclaves turísticos, el monolito de los 12 ángulos ocupa un lugar privilegiado; precisamente aquí se ubicaba una antigua residencia del gobernante Inca Roca. En los paramentos de este palacio resultan impresionantes los colosales bloques pétreos, que encajan con sorprendente precisión entre sí.
Actualmente, en el interior de esta antigua construcción funciona la sede episcopal, que alberga la colección museística de Arte Religioso Cusqueño. Sin duda, representa uno de los vestigios arquitectónicos incaicos más emblemáticos.
La antigua capital imperial nunca defrauda, especialmente cuando se trata de su patrimonio histórico. Anímate a visitar estas increíbles construcciones sagradas en Cusco y prepárate para vivir una experiencia que permanecerá en tu memoria.