PERMISOS OFICIALES DEL CAMINO INCA

PERMISOS OFICIALES DEL CAMINO INCA

En la época de los incas no había ruedas ni caballos. Lo único que les quedaba a los habitantes de los Andes era caminar y recorrer paso a paso este vasto y variado territorio. No había otra forma de atravesar la cordillera, las pampas, los ríos o los valles andinos.

Caminaban los funcionarios del Imperio Inca, las tropas ansiosas de conquista, el poderoso gobernante que viajaba encaramado en su litera y, por supuesto, siempre los chasquis (los mensajeros prehispánicos) que se turnaban en la ruta para llevar información y mensajes importantes.

Iban y venían de la costa a la sierra, haciendo postas y recuperando energías en los tambos (áreas de descanso ubicadas en lugares estratégicos). Los chasquis eran ligeros, muy rápidos. Eran tan veloces que -según la leyenda que aún se difunde- eran capaces de llevar pescado y marisco fresco al Inca y su panaca (familia), que vivían en Cuzco, la ciudad de piedra situada a miles de metros sobre el nivel del mar.

Hasta hoy, el camino que une la Quebrada de la Waca o Puerto Inca (provincia de Caravelí, Arequipa) con Cusco se llama la Ruta del Pescado. Y aunque a nadie se le ocurre cargar los frutos del mar al estilo de los chasquis, el recuerdo permanece y se comparte con quienes visitan Puerto Inca, una de las pocas playas de Perú donde hay restos arqueológicos de aquella época